martes, 6 de enero de 2015

SAL CON CEBOLLA

Mientras escribo esta historia trato de pensar cómo nos decidimos a armar esta aventura. Todo comenzó en el año 2011 cuando un amigo Kirguís, un tanto alcoholizado y eufórico por haber subido a la cumbre del pico Pobeda, nos comentaba en el campo base que existe una montaña salvaje en algún lugar de la frontera entre China y Kirguistán que se llama Kyzyl Asker, y que si algún día buscábamos volver al Tien Shan deberíamos ir allá. La idea hizo un pequeño capullo que finalmente floreció cuando el año pasado nos enteramos de que un cuarteto franco-belga había repetido la ruta del Pilar Central.

Todo se combinaba con la oportunidad de que el proyecto SOMOS ECUADOR -liderado por Iván Vallejo (quien en esta ocasión se quedaría a vivir en el campo base y fungiría labores de meteorólogo y coach deportivo) y conformado en este año por Carla Pérez, Nicolás Navarrete, Rafael Cáceres y yo- buscaba un objetivo recóndito en algún lugar de Asia. En un principio nuestro objetivo fue repetir la ruta del Pilar Central, pero una vez en la base, enamorados de esta esbelta pared, comenzamos a flirtear con la idea de abrir una ruta nueva.

Salimos de Ecuador el 31 de Julio. Tras largas conexiones entre aeropuertos infestados de publicidad llegamos a nuestro destino final en China: Urumqi. Esta es una ciudad de 3 millones de personas, pequeña para lo común en China. Debido a un retraso que luego se volvería crucial en el desarrollo de nuestra escalada tuvimos que esperar una semana que pasó bastante rápido mientras disfrutábamos perdiéndonos en el centro, tratando de descifrar gigantes rótulos de neón y degustando de las maravillas del consumismo asiático. El día 9 de Agosto finalmente pudimos salir de Urumqi con destino al campo base, solo nos separaban tres días de recorrido por carreteras en buen estado hasta un punto del camino en donde se toma el valle que lleva eventualmente al Kyzyl Asker. Lo único que empañó nuestra alegría ese día fue el darnos cuenta de que los oficiales de aduana Chinos habían retenido toda nuestra comida proveniente de Ecuador para una segunda revisión. Para empeorar las cosas esa comida se demoraría una o dos semanas más en llegar a Urumqi desde Beijing. Conscientes de que una de las dificultades de escalar en este país son las barreras burocráticas decidimos reaprovisionarnos de lo necesario en la siguiente ciudad más grande y también confiamos en el ofrecimiento de nuestro oficial de enlace que, con un escueto inglés, nos aseguraba que la compañía que nos proveyó de  servicios logísticos enviaba suficiente comida.

Una de las experiencias más gratificantes de este  viaje fue el poder conocer una cultura diferente desapegada de lo que nosotros llamamos “confort”. En el camino al campo base llegamos a conocer gente que comparte este espacio físico pero vive totalmente en otros tiempos, un buen recordatorio de lo engañados que vivimos en occidente; después del viaje en bus nos quedamos una noche en una vivienda Uigur de quienes nos proveerían de camellos, burros y un par de motocicletas (con sus respectivos pilotos) para poder realizar las cuatro horas de trekking hasta el lugar que posteriormente llamamos campamento base; el día siguiente lo empleamos resolver la duda más grande que todos compartíamos: Donde está el Kyzyl Asker? Alrededor de dos horas de caminata por una morrena bastante engañosa llevan a la entrada de un glaciar de aproximadamente 10km de largo que al final tiene al Kyzyl Asker dominando las otras cumbres.

La traducción al español de Kyzyl Asker significa “soldado rojo” o “jinete rojo” y mientras más se desarrollaba nuestra relación con la montaña, más nos dábamos cuenta de lo bien que le queda el nombre: es un pico absolutamente salvaje, su cara sur se posa desafiante en esta cordillera y solo basta con verlo un par de minutos para sentir como busca provocar las reacciones más inesperadas.
Tras haber ubicado la montaña, nos dedicamos por dos días consecutivos a portear todo lo necesario para nuestra escalada hasta la entrada del glaciar, después plantamos una tienda en la base de la pared. Un par de días de clima realmente malo (por lo general el clima era “un poco malo”) y el 16 de Agosto llegamos a escalar los primeros largos de nuestra incipiente nueva ruta. En cuanto a la escalada, las dificultades técnicas como convencionalmente las entendemos no representan un problema en esta pared, se trata mayormente de lidiar con el clima que poco a poco va carcomiendo las reservas de motivación; fue así que nunca tuvimos la seguridad de cumbre sino hasta que estuvimos en ella y la sensación de compromiso al apostar al todo por el todo en pos de una ilusión fue la tónica de nuestra aventura.

En los primeros seis días de escalada logramos fijar únicamente 11 largos de cuerda y petatear el equipo hasta la base de unos techos a media pared que nos ofrecieron buen resguardo, hasta ese punto la escalada es muy disfrutable y se mantiene en el sexto grado, la única excepción son los dos techos que marcan el crux de la escalada en roca en una dificultad de 7a y 7a+ respectivamente.
Fue durante estos días que nos dimos cuenta que nuestras estimaciones de compras de comida y las promesas de nuestro oficial de enlace no serían suficientes para terminar con la escalada si no hacíamos un concienzudo racionamiento de los alimentos, hecho que en algunos días redujo nuestra dieta a fideos, cebollas y un poco de sal para dar sabor.

El 22 de septiembre aprovechando tres días de buen clima que legaron inesperadamente pudimos establecernos en el campamento 1 a 400 metros de la base, los siguientes dos días el clima volvió a su habitual estado y pudimos fijar únicamente cinco largos que variaron entre 6b+ en roca, un poco de mixto fácil y la travesía de un hermoso nevero que nos depositaba en la base del diedro final, el que aparentemente nos iba a depositar en la arista cimera.

Sabiendo que el buen clima en estas cordilleras siempre significa que el mal clima está por venir decidimos hacer ataque de cumbre el 28 de Agosto, comenzamos a las 3am desde las hamacas y, tras ascender por las cuerdas fijas, cerca del amanecer llegamos al diedro final. La escalada del mismo fue lo que definió cómo recordaremos esta aventura en el futuro, se trata de 10 largos de escalada mixta alucinante que nunca sino hasta el final dan la certeza de si va a haber éxito o no. Llegamos a la cumbre del pilar a las 23h00 y decidimos declarar nuestro intento como finalizado en ese punto.
Ahora cuando pienso en las razones que nos hicieron menospreciar esa última sección “fácil ” hasta la cumbre máxima se viene a mi mente el frío que mordía hasta el alma, ese horrible viento, el cansancio físico y mental y la incertidumbre de una tormenta fraguándose, pero sobre todo siento que tras haber logrado hacer una apuesta tan grande en una escalada de este tipo el sentido de la cumbre cambia totalmente y la euforia de haber estado en el punto más alto de una montaña deja paso a la tranquilidad de saber que la pared es lo que importa… al fin y al cabo: Cual es la verdadera cumbre? Y… qué valor tiene sino el que le damos quienes la buscamos.

El descenso transcurrió como era de esperarse en esta escalada: cuerdas atascadas y congeladas, nevada horizontal y mucha pero mucha alegría de saber que lo habíamos conseguido. Llegamos a las hamacas cerca de las siete de la mañana y ese mismo día por la tarde continuábamos con los rapeles y el descenso hasta la carpa en la base. Lo que vino después fueron un par de días de retirar nuestro equipo y salir un poco a las carreras antes de que nuestro permiso de “caminata” se termine.

Ya en Urumqi mientras degustábamos nuevamente los manjares que nos ofrecía China decidimos llamar a la ruta “Sal con cebolla” (1.100m, 5.12a, M6+,WI5+, C1, AI2).

Finalmente quiero agradecerles a todos los amigos que hicieron posible la realización de esta aventura, a Iván Vallejo por su infinita entrega al montañismo y a Carla, Chapico y Nicolás por ser quienes son.




Del latín gravĭtas, la gravedad es una fuerza física que la Tierra ejerce sobre todos los cuerpos hacia su centro. También se trata de la fuerza de atracción de los cuerpos en razón de su masa... Nico Navarrete en clases de física durante la escalada del Kyzyl Asker:


Esteban Mena escalando un largo después del Campo 1 (Foto Nico Navarrete):


La tónica en la base de la pared (Foto Nico Navarrete):

Porteando equipo al Campo Base:


Cumbre del Pilar (Foto Chapico Cáceres): 


Entrando al headwall (Foto Nico Navarrete):


La proximación (Foto Nico Navarrete):


Almuerzo en una casa Uigur (Foto Nico Navarrete):


En la primera incursión para buscar al "Solado Rojo":

Atravesando el glaciar que lleva a la base de la pared: 

Será? (Foto Nico Navarrete)


El "Pilar Ecuatoriano" en la cara sur del Kyzyl Asker: 


La legada a la base de la roca (Foto Nico Navarrete): 


Uno de los pocos días de sol (Foto Nico Navarrete): 


Nico Navarrete haciendo lo suyo en los techos: 


A muerte!:


Chapico Cáceres probando suerte con el hielo en el headwall:


Días de dieta en el Campo1 :


Entrando al headwall (Foto Chapico Cáceres); 

Nico y Chapico buscando anclajes decentes para el Campo 1:

El Soldado Rojo:


El Headwall, la ruta va por la pared de la izquierda del diedro:


La ruta hasta la mitad de la pared (Foto Nico Navarrete):

Hermosos largos(Foto Nico Navarrete):



Los primeros días en la pared:

"Sal con cebolla":






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